domingo, 28 de agosto de 2022

Los pobres siempre pagan el costo del PROGRESO

 


   Desde que se sale desde Cereté hacia Lorica se comienza a ver las cientos de hectáreas de tierra inundadas, quienes vivimos en el sector sabemos que bajo el agua hay cientos de cultivos perdidos, al llegar a Santa Cruz de Lorica los barrios aledaños a la vía principal tienen sus calles anegadas, el panorama es desolador hacia San Bernardo del Viento, decenas de familias están viviendo en casuchas con paredes de polisombra, algunas pocas tejas de zinc y palma para cubrir lo que falta. En el mercado una paisana me vende la libra de pescado a $4.000 para recolectar algo de dinero ya que el agua en su casa le llega a la rodilla, le ha dañado electrodomésticos, le acabó con el cultivo de ñame y plátano, las gallinas se le escaparon.
   La razón del gobierno es que esto ocurre por las constantes lluvias causadas por el cambio climático, la comunidad dice que las lluvias son necesarias para el cultivo de arroz, lo que los tiene inundados son las descargas diarias que se producen desde la represa para la hidroeléctrica de Urrá.
   La noticia el fin de semana es que el presidente Petro visita las comunidades de Ituango, la primera vez en su historia que el gobierno nacional hace presencia en esta zona golpeada por el paramilitarismo para expropiar a las comunidades y vender las tierras al proyecto Hidroituango, dicen los sobrevivientes que en el fondo de la represa hay cientos de cadáveres de quienes se opusieron. En el 2020 esas comunidades no solo sufrieron el horror de la guerra, tuvieron que evacuar ante la posibilidad de que la represa tuviese que abrirse e inundaría los municipios aledaños al cañón del río Cauca.

  La anterior administración de El Doncello contrató la apertura de una zanja para evitar las inundaciones de un sector al sur del municipio, pese a que las comunidades de la parte rural del municipio advirtieron del daño ecológico en el sector donde se depositarían no solo las aguas si no también las basuras, la obra se realizó.
   En todos los anteriores casos siempre que se busca un responsable la respuesta es la misma: "se concertó con las comunidades", un eufemismo de leguleyos para ocultar que lo que se hizo fue "engañar a las comunidades".
   Si bien se cumple con las reuniones previas al proyecto, generalmente acompañadas de politiqueros de turno que presentan el proyecto como la respuesta a la necesidad sentida, esas reuniones no son entre pares, son "expertos" que le hablan a personas que no tienen el nivel académico para analizar la información del proyecto. Luego del almuerzo vienen las firmas, los abrazos con los líderes de las juntas de acción comunal y las fotos para la publicidad del gobernante. Ahí comienzan las tragedias.
   Si alguien se atreve a cuestionar coloca en riesgo su vida y las comunidades se silencian ante la muerte. Urrá e Hidroituango son necesarias, la pregunta es ¿Quién responde por el daño colateral?.

miércoles, 24 de agosto de 2022

¿Porqué la "GLORIA" se mide en muertes?

 


   Luego de una pandemia que obligó por primera vez en la historia a tener una cuarentena mundial, los mal llamados "líderes mundiales" se enfrentaron a la más estúpidas de las decisiones del hombre: LA GUERRA.
   El pueblo de Ucrania completa seis meses en medio de una guerra donde una Europa manipulada por USA y un presidente como Zelensky ha hecho lo que mejor sabe hacer: actuar, solo que en esta ocasión su papel de héroe solo ha traído miles de muertos de un pueblo que no termina por olvidar su pasado durante la segunda guerra mundial y la invasión de la URSS, muchos de esos muertos son niños y ancianos.
   El mundo no aprende, USA nunca ha ganado ninguna guerra, tan pobres resultados tiene que tiene una versión de su participación en la segunda guerra mundial para que Latinoamérica, su patio trasero, crea que fueron héroes. ¿Héroes de qué?, cuando desembarcaron en Normandía ya Rusia tenía sitiado a los alemanes, una guerra donde Rusia puso más de 20 millones de muertos. Eso sí USA no se podía ir sin dejar su estela de terror, por eso pese a que Japón se había rendido luego de la bomba sobre Hiroshima, no tuvo ningún problema en acabar con Nagasaki. 
   En este siglo USA abandona vencido y humillado a Afganistán y lo deja en manos de los Talibanes, pero Zelensky y Europa le creen que va a apoyar a Ucrania en su guerra con Rusia, todo el apoyo ha sido de lo único que saben hacer los gringos, apoyar con armas las guerras, hacer del sufrimiento de los pueblos un negocio. Nosotros si que lo sabemos, el Plan Colombia no fue otra cosa que un negocio armamentista.
   Seis meses después Zelensky sigue pidiendo armas, en tanto que Europa se prepara para pasar uno de los más largos inviernos por falta de combustibles y África ve como no les llega los granos para su alimentación.
   Zelensky cree que pasará a la historia como un héroe, pero será recordado como el idiota útil de la geopolítica mientras utilizan a Kiev como el nuevo lugar para que los poderosos e incluso los artistas se tomen fotos en medio de la desolación. Ojalá algún día el héroe sea el que evita la guerra.
   Soy un vago que lee.


domingo, 21 de agosto de 2022

El "honor" de los militares. ¿Se merecen los privilegios?

 


   Los militares colombianos están pasando un trago amargo por culpa del "guerrillero" que llegó al poder y que según la oposición nos llevará a una dictadura. Hoy intentaré entender a que sabe ese trago.
   Para comenzar el presidente Petro hizo una limpieza de los altos oficiales, muchos de los cuales tenían en sus hojas de vida acusaciones de violaciones de derechos humanos, corrupción y apoyo a grupos ilegales; luego se atrevió a dejar plantados a la milicia que lo esperaba en el sagrado campo de paradas del ejercito colombiano; el Ministro de Defensa, que al igual que Petro no es querido por haber hecho seguimiento al paramilitarismo, informó que se acaba el reclutamiento forzoso; no conforme con lo anterior el Presidente dijo que los consejos de seguridad ahora es con los organismos civiles y no solo con militares, también dijo que ahora los ascensos se miden en proteger la vida (en el gobierno Duque asesinaron 930 líderes sociales) y se acaban los premios por bajas en combate y para terminar dice que un soldado raso puede llegar a ser general. Por fortuna Godofredo Cínico Caspa abandonó el país para evitar ver el debacle de sus gloriosos hombres de honor.
   Mucho de lo que exige el presidente como Jefe Supremo de las Fuerzas Militares es una afrenta a un ejercito que siempre se ha presentado como uno de los mejores del mundo, aunque durante más de medio siglo no pudo ganar la guerra interna y nunca ha participado en otras guerras, y que sus escándalos son más que sus resultados.
   Para entender un poco esta afrenta hay que comenzar por entender que las Fuerzas Militares han existido siempre como el brazo armado del poder, independiente si es democrático, dictatorial, comunista o capitalista, su función es garantizar ese poder, aunque a los ciudadanos en las democracias nos hagan creer que su función es garantizar la seguridad, el orden y la soberanía, en el fondo esa seguridad, ese orden y esa soberanía solo se le garantiza a la clase dominante, los demás ciudadanos son potenciales criminales, por eso hasta hace unas semanas el que pensaba diferente era un "terrorista", término evolucionado a lo que una época era "subversivo", un tema de narrativa del poder. Todo esto lo hacen los militares para ganarse unos privilegios a cambio de la "no beligerancia", en otras palabras el militar cambia su derecho humano a pensar y opinar a cambio de proteger al Estado que le da esos privilegios. 
   El caso del denominado "glorioso" ejército nuestro pasa a ser "vergonzoso" cuando se revisan publicaciones al respecto de entidades como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (otro grupo de terroristas por dejar en evidencia lo mal de nuestras fuerzas armadas). Comencemos por entender un poco la relación de las fuerzas armadas y la violación de derechos humanos en Latinoamérica a lo largo del siglo XX, especialmente hacia los años sesenta a los ochenta, en donde era común los asesinatos selectivos, las desapariciones, las torturas en las dictaduras de Centroamérica, Argentina y Chile, en donde Colombia siendo un país que se vanagloria de ser la más estable de las democracias, utilizó las mismas herramientas para silenciar a la comunidad, todo esto con el apoyo de los gringos para garantizar la estabilidad de la región y evitar el comunismo durante la guerra fría, luego disfrazado con el horrible nombre de "Plan Colombia".
   Para finales del siglo XX casi toda Latinoamérica había superado la bota militar pero en Colombia comenzó a florecer hacia inicios del siglo XXI cuando la milicia se prestó al juego del poder de la derecha y comenzó a recibir privilegios por las muertes en combate que no fueron más que crímenes de Estado que se presentaron con el eufemismo de "falsos positivos" demostrando que la vida humana no tenía ningún valor para los "hombres de honor". El país ya había pasado por esto con actos criminales como la retoma del Palacio de Justicia donde solo a los militares se les ocurrió derribar a cañonazos una de las tres ramas del poder, con la justificación de estar "¡Aquí defendiendo la democracia, maestro!" como lo interpretó el coronel Plazas Vega.
   El ejercito nunca enderezó su accionar, desde 1978 hasta el 2014 los agentes del Estado fueron acusados de 290 masacres donde fueron protagonistas, estos son datos oficiales porque de los otros no se sabe, lo que si es claro es que según el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), al que debemos creerle por ser oficial, un total de 94.754 asesinatos se presentaron durante el conflicto en donde los paramilitares y el Estado son responsables de más de 103.000, mientras la guerrilla tiene la despreciable (literal) suma de 35.000. 
   Hoy el Ejército Colombiano está frente a un momento histórico, demostrar que toda la canasta no está podrida, que algo se puede hacer con lo que queda y que los privilegios a los que tiene derecho a cambio de ser el brazo armado del poder se los merece por servir a los colombianos y para hacerlo debe comenzar a buscar las cremas para las cicatrices que ellos han dejado en generaciones.
   Soy un vago que lee.

lunes, 15 de agosto de 2022

¿Qué pasa si se van los Venezolanos?

 


Además de la envidia, tema ampliamente explicado por el ciclista "Cochise" Rodríguez, es la ingratitud la otra enfermedad de los colombianos, patología que hemos demostrado en la última década con los hermanos venezolanos, por eso muchísimos desagradecidos no ven la hora de que se vayan, en gran medida porque en Colombia tenemos el síndrome de Doña Florinda.

Ahora que Venezuela comienza a repuntar económicamente que hasta los gringos han tenido que hablar con el gobierno de Maduro, ahora presidente de Venezuela, al que Duque seguirá contando las horas para que caiga, en tanto Juan Guaidó ya no es nadie para la prensa de este lado, es cuando se necesita de muchos análisis, entre esos ¿Qué pasaría si los venezolanos se van de Colombia?, que posiblemente muchos lo harán por que allá tienen bienes que acá un colombiano promedio no alcanza ni a imaginar, a menos que endeude no solo su trabajo si no también el futuro de sus próximas generaciones.

Comienzo por ratificar que Colombia fue un desagradecido con los miles de migrantes venezolanos que tuvieron que llegar en pésimas condiciones a buscar oportunidades a un país más pobre que el de ellos, muchos de esos venezolanos más preparados que los colombianos, y somos desagradecidos por que en medio de nuestra ignorancia histórica pasamos por alto las olas de paisanos que pasaron desde los años 70´s hacia ese país, los primeros por el boom del petróleo, luego por las oportunidades laborales y los últimos acosados por el conflicto armado, principalmente el paramilitarismo en la región de los Santanderes, y que en Venezuela no solo encontraron no solo refugio sino también oportunidades que nunca tuvieron en nuestro país. Cuando laboré en Venezuela pude constatar como ese país se había "colombianizado" y conocí varios descendientes de colombianos que permitieron seguir con los lazos de hermandad que tenemos desde épocas de la colonia.

La otra parte de la historia de nuestro desagradecimiento estuvo en manos de los gobiernos uribistas que siguiendo órdenes del patrón yanqui suspendieron la frontera para bloquear por hambre a ese país, siguiendo la cartilla que habían aplicado a Cuba, con la cortina de humo de la democracia en la cual Colombia no es que sea propiamente un ejemplo. Este desagradecimiento no solo le costó a los venezolanos, le costó a la golpeada población de la frontera, pasamos de tener una de los más dinámicos pasos de economía en el continente con más de US$7 mil millones de intercambio a pasar mercancías y personas a través de trochas, lo que afectó grandemente a los empresarios colombianos, muchos de ellos quebraron esperando las ayudas de los gobiernos que representaban la libertad en América.

La diáspora venezolana ha llevado a que en Colombia estén más de dos millones de sus habitantes, sin contar con aquellos con doble nacionalidad que han ingresado en condición de colombianos, lo más difícil para ellos, además de tener que dejar lo suyo y los suyos, fue encontrarse en un país empobrecido y explotador, donde los empresarios comenzaron a pagar salarios menores que a los colombianos de por sí ya afectados por la inequidad, siento tal nuestra ignorancia en este aspecto que culpamos a los recién llegados por prácticas de los dueños de los medios de producción. Es importante aclarar que gran parte de esa ingratitud se la debemos a la clase política y a la manipulación mediática que presentó a los venezolanos como invasores, cuando fueron las decisiones erradas de los gobiernos de ultraderecha los que causaron parte del daño.

Hoy el gobierno de Petro se atrevió a hablar con el diablo de Maduro, para hacerlo comenzó por nombrar embajador y acelerar la apertura de la frontera, al hacerlo dinamiza una economía que a final de este año espera mover más de US$750 millones y al final de su mandato espera llegar a los US$2 mil millones, lo que generaría empleo a lado y lado de la frontera con algo que es importante para nuestro país: la venta de productos terminados, lo que es distinto a lo que hacemos con otros países a los cuales enviamos commodities (materias primas sin procesar y por tanto a mucho menor valor que el producto terminado), este intercambio permitirá además oxigenar a Monómeros Colombo-Venezolanos la empresa que puede llegar a producir más de la mitad de los fertilizantes necesarios en nuestra agricultura.

Volviendo a la pregunta de este blog, ¿Qué pasa si se van los Venezolanos?, esto causaría un impacto que no se puede medir: el de la economía de a pie. Si hay un millón y medio de venezolanos en nuestras ciudades viviendo del día a día en el rebusque, cada uno de ellos con un promedio de consumo de $15.000 diarios, esto indica que esa población a diario mueve $ 22 MIL 500 MILLONES de pesos (lo coloco en mayúscula para los que no saben leer con tantas cifras), saquen la cifra de cuanto se mueve al mes y al año, dinero que por lo general es efectivo contante y sonante, que no llega al sistema bancario y se queda en vivienda y alimentación en estratos uno y dos, tema que no analiza la prensa porque no le interesa que lo sepamos.

Ya sé que los venezolanos tienen que irse porque son malas personas, hacen bulla, son muy caribes y muchas de sus mujeres hermosas están robándose los maridos y muchos maridos han visto como se van sus mujeres tras los hombres venezolanos. No queremos gente como esa en nuestro país, un país que tiene el orgullo de tener paisanos especialmente en USA, Chile, Perú y Ecuador donde son un ejemplo de convivencia, respeto y buenos modales.

Soy un vago que lee.






domingo, 14 de agosto de 2022

Lo mejor de los hijos es cuando son adultos.

 


Hoy mientras regresaba a casa en el interminable tráfico de Bogotá los días sábados luego de almorzar deliciosos platos vallunos con mi hijo Fabiandres, el director de artes escénicas, recordaba que en muchas ocasiones mi esposa Alma Patricia decía que los hijos no deberían crecer, desafortunadamente ella no pudo disfrutar de tener hijos adultos, es tal vez la mejor experiencia de la vida y el pase seguro a la vejez y la muerte con el deber cumplido.

Mis hijos ya no viven conmigo, se independizaron de forma inversa a su edad, primero se fue Luiscas, el menor, luego Claus, la princesa y por último Fabiandres. Esta independencia les ha permitido afrontar su futuro con madurez, pero principalmente realizar sus roles como adultos, principalmente aprender del método de ensayo y error que es el más común en nuestras sociedades.

Si de algo me puedo sentir orgulloso es de mis hijos, durante treinta años luché por destacarme en mi profesión y lo logré, desde mensajero hasta ser uno referente de la farmacia en Colombia, pero ahora que puedo disfrutar en tranquilidad de mi vida entiendo que más allá de mis logros, son mis hijos el resultado de ese esfuerzo, no tanto por lo que les aporté como padre, en muchos casos ausente, si no principalmente por lo que ellos me aportan de su vida de adultos.

Fabiandres es un hombre centrado, intelectual, reflexivo con quien puedo tener amenas charlas con temas profundos, como director de teatro es un estudioso de los entornos y eso lo hace afín con mi faceta de sociólogo.

Claus es la GERENTA de nuestras vidas, como dicen sus hermanos, es una administradora de empresas comprometida y proactiva, le llamamos así porque en sus manos y grandes capacidades está el manejo de la empresa de la cual ella y sus hermanos son accionistas, era mi empresa y logré con ella liderar el cambio generacional necesario para crecer y lo está haciendo.

Luiscas, el menor, el inquieto que siempre tiene un chascarrillo en mente, es mi conexión con el siglo XXI, él forma parte de la generación de jóvenes que cuestiona, observa, analiza y pregunta temas más allá de nuestro entorno. Está comenzando a madurar y será un gran ingeniero de sonido.

La adultez de los hijos la notamos en los momentos más críticos, mis hijos en menos de dos años pasaron por la ausencia de su amorosa madre y pilar de la casa, fueron mi fortaleza para los momentos más críticos de su enfermedad y partida. Este año tuvieron que afrontarlos momento difíciles sin mi, eran ellos tres y sus tíos quienes vieron como en cuestión de horas mi salud pasaba a estar en momentos críticos y dependiendo de las máquinas de una UCI. Fue tal su entereza que gracias a su amor y constancia pude salir avante y reincorporarme a la vida. 

Como la vida no tiene una cartilla para seguir, solo cuando nos toca el capítulo correspondiente es que encontramos como asumirla, tengo la gran fortuna de tener hijos adultos que con el tiempo se han vuelto mis mejores amigos como lo intenté ser desde que llegaron a mi vida.

La otra parte de tener hijos adultos y no menos importante, son los nietos, a Adrianes lo recojo cada semana para que me acompañe en mi apartamento o salir a pasear, es una actividad que llamamos "abueliar" que disfruto, sin los afanes de la cotidianidad, con el placer de poder reforzar aquello que no pude con mis hijos y con una gran ventaja: si jode mucho se le devuelve a los papás.

Soy un vago que lee. 


 

miércoles, 10 de agosto de 2022

La corrupción en la policía según Mario Puzo

 


"Hagen comprendió que los policías creen en la ley y el orden de una forma muy inocente. Un policía cree en ellos más que el público a quien sirve porque, después de todo, de ellos, de la ley y el orden, deriva ese poder personal que él ama tanto o más que el resto del mundo. Sin embargo, en el policía late siempre una especie de resentimiento contra el público a quien sirve. Siendo al mismo tiempo su guardián y su servidor, como guardián resulta desagradable, ofensivo y exigente, mientras que como servidor es astuto, peligroso, y está lleno de hipocresía. Tan pronto como uno cae en manos de la policía, el mecanismo de la sociedad a la que el policía defiende pone en juego todos sus recursos para arrebatarle su presa. Las sentencias las dictan en realidad, los políticos. Los jueces suspenden las sentencias dictadas contra los peores delincuentes. Los gobernadores de los Estados, e incluso el presidente de la nación, conceden indultos plenos de los que se benefician aquellos cuyos abogados no les han conseguido la libertad. Y así es como, después de algún tiempo, el policía ha conseguido aprender la lección: ¿Por qué no beneficiarse él de los tributos que pagan muchos de estos delincuentes? Él lo necesita más. ¿Por qué sus hijos no pueden ir a la universidad? ¿Por qué su esposa no puede comprar en las tiendas más caras? ¿Y por qué no puede él tomarse unas vacaciones en Florida? A fin de cuentas arriesga su vida, y eso debe tener su premio."

El Padrino, Mario Puzo, 1969.

URIBE publicará su propia versión de la VERDAD

 

En un país que no lee no creo que la versión de la COMISIÓN DE LA VERDAD sirva de mucho, aún así Álvaro Uribe sacará su propia versión que se ajuste a lo que sus seguidores necesitan.

La Comisión de la Verdad no es algo nuevo, es una necesidad para reiniciar una nueva historia en países con guerras civiles y dictaduras, la definición más amplia es "Una comisión de la verdad se centra en los eventos pasados, en lugar de eventos en curso; investiga un patrón de eventos que tuvieron lugar durante un período de tiempo; se involucra directa y ampliamente con la población afectada, recolectando información sobre sus experiencias; es un organismo temporal, con el objetivo de concluir con un informe final; y está oficialmente autorizado o autorizado por el estado bajo revisión". La más famosa son los Juicios de Núremberg luego de la segunda guerra mundial.

Varios países han recurrido a esta figura como Uganda (1974, 1986)), Bolivia (1982), Argentina (1984), Chile (1990), Nepal (1990), El Salvador (1992) y Guatemala (1994).

La Comisión de la Verdad que molesta al expresidente Uribe fue escrita por más de 27.000 personas que dieron su testimonio, en donde se pudo evidenciar que el Estado fue responsable de más del 60% de los crímenes cometidos contra la población civil, culpabilidad por acción, omisión o por asociación con grupos paramilitares, muchos de estos crímenes fueron aceptados por los agentes gubernamentales ante la Justicia Especial para la Paz, JEP, como por ejemplo los 6.402 crímenes de los jóvenes presentados como muertos en combate y que la prensa denomina "falsos positivos" para no molestar al Uribismo.

La otra molestia es que una Comisión de la Verdad reconoce que en el país existió durante más de medio siglo conflicto interno de carácter político, lo que Uribe siempre negó y ocultó como terrorismo.
Esperemos la verdad de Uribe, que ya la conocemos y solo se requiere leer los eufemismos que han utilizado todos los gobiernos.
Soy un vago que lee.

domingo, 7 de agosto de 2022

El último Estadista colombiano.

 


Nuestra clase política es tan mediocre que hace más de treinta años no tenemos un ESTADISTA y el último que tuvimos lo dejamos pasar con más pena que gloria. Las últimas generaciones solo conocen populistas, que es otra cosa, por cierto muy peligrosa.

Un Estadista, según Hernando Roa Suárez, abogado y periodista miembro de "Paz Querida", es un "Líder político que se ha preparado cuidadosamente, que ha tenido experiencia teórica y práctica en el ejercicio del poder y que está pensando sobre todo en las futuras generaciones, no solo en la coyuntura inmediata, no en hacer populismo, sino hacer exactamente la tarea de un político muy bien formado. Un Estadista es un líder político pero muy pocos líderes políticos se merecen el nombre de Estadistas".

El último Estadista que tuvimos en el siglo XX fue Virgilio Barco Vargas, presidente entre 1986 y 1990, antes de llegar a ese cargo fue alcalde mayor de Bogotá, fue ministro de agricultura y obras públicas, embajador ante Reino Unido y congresista. Como presidente enfrentó la guerra contra los carteles de las drogas y fue uno de los primeros en internacionalizar el problema del consumo, además enfrentó a los grupos guerrilleros y paramilitares que trajo consigo la muerte de varios candidatos presidenciales como Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro Leongómez con quien había firmado la desmovilización del M-19, donde militaba el hoy Presidente Gustavo Petro.

A Barco lo reemplazó César Gaviria, un afortunado que tomó las banderas de Galán Sarmiento y que no solo terminó de enterrar su legado si no que además aprendió muy rápido lo que era vender la nación, a él le debemos la "apertura económica" y el neoliberalismo. Fue tan aplicado en su carrera de enriquecerse, que en el 2021 fue mencionado en los Pandora Papers, lo peor es que aún sigue viviendo del Estado y acomodándose donde le sea posible la burocracia.

Siguió Ernesto Samper Pizano, quien también había hecho carrera como Estadista pero que su cercanía con el narcotráfico marcó no solo su gobierno si no toda una generación que se dedicó a la delincuencia, al dinero "fácil", a la corrupción, a la prostitución, una generación que dejó una descendencia que hoy se presentan como empresarios y que se pasean con la clase política a la cual financia. Por fortuna Samper se dedicó a no jodernos más, al menos en lo público.

Los siguientes presidentes fueron el reflejo de un país empobrecido, traqueto e ignorante, Andrés Pastrana fue elegido por ser un delfín y por que su imagen salía todas las noches en un noticiero, para fortuna de él Duque le quito el título de peor presidente. En medio del desorden de país y el poderío que Pastrana le dio a las FARC, apareció el populista Álvaro Uribe Vélez, un país sediento de sangre que encontró en su retórica el sheriff que necesitaba y que además de cambiar la constitución a su antojo, de terminar de vendernos a los gringos con el Plan Colombia que le dejó Pastrana, de convertir a las fuerzas armadas en asesinos y a las fuerzas de inteligencia como sus oídos, de mostrar muertos como éxitos, de privatizar nuestros recursos, de gobernar para los poderosos, nos dejó un país donde todos éramos terroristas, especialmente los jóvenes humildes. Dejaré a Juan Manuel Santos de cierre y de Duque, ustedes juzgarán por sus actos, por lo menos está fresquito, genio y figura hasta el último día, un poco más y le cambia las cerraduras al Palacio de Nariño para complicarle la entrada a Petro. 

Juan Manuel Santos fue en verdad el primer Estadista de este siglo, otro delfín que entendió que para gobernar había que formarse, fue ministro de comercio exterior, ministro de hacienda, ministro de defensa (donde le dio los mayores golpes a la subversión) y el único Presidente en firmar un tratado de paz con la guerrilla más antigua del continente y que le hizo merecedor del Nobel de Paz. Si bien fue un político de carrera que se acomodó en todos los gobiernos, fue un hombre que le apostó a un propósito nacional, lo que además le permitió una reelección. Dentro de todo sus errores fue grande como político y esto lo convirtió no solo en Estadista, si no también en el enemigo público del Uribismo que nunca le perdonó que fuera más grande que el Gran Colombiano, porque además de acabar con el negocio de la guerra, nos permitió reconocernos como una sociedad en decadencia donde el Estado ha sido tan criminal como los subversivos, los narcotraficantes y los demás bandidos.

Ahora se posesiona un hombre que también se formó para ser un Estadista, sin ser un delfín, un hombre común, un exguerrillero, un hombre con ideas de cambio, que habla de las responsabilidades que tienen los países del primer mundo con el medio ambiente, que habla de cambiar deuda externa por cuidar la Amazonía, que se enfrenta a los gringos y les dice que su guerra contra las drogas es un fracaso, que le dice al Ejército que ahora el honor se cuenta en vidas no en muertos y que para hacerlo deben trabajar en la Colombia profunda, al lado del campesino y los líderes sociales, trabajando en infraestructura y en mejorar su calidad de vida, que se atreve a decir que en este país hay negros, mestizos, indígenas y sobre todo mujeres que deben ser tan importantes como los que hasta el momento han sido privilegiados por el Estado.

El trabajo es arduo, especialmente porque para hacerlo se requiere una nueva generación, esa generación que salió a las protestas nacionales y que fueron reprimidos por el Estado en una guerra de pobres contra pobres. Gustavo Petro se le midió a ser Estadista, se lo permitieron y eso ya es un logro, ahora a ponerse al nivel de los grandes hombres que estas generaciones no han conocido pero que necesitan para tener una esperanza.

Soy un vago que lee.

lunes, 1 de agosto de 2022

LA VERDAD, la dura tarea de la educación pública

 


Si hay algo cierto es que la historia la escriben los vencedores y también es cierto que no hay nada más inexacto que la verdad, mucho más cuando en nuestra verdad los perpetradores de nuestras guerras siguen estando en el poder.

Colombia es el país del continente que más guerras y batallas ha tenido desde la independencia de los españoles, prácticamente no hemos tenido más de veinte años en paz, una paz acomodada a los intereses de los mismos que la generan. Lo peor es que seguiremos en guerra porque la motivación sigue siendo la misma: la tenencia de la tierra.

Luego del 7 de agosto de 1819 las tierras fueron divididas entre los militares y políticos que pasaron a reemplazar a los antiguos dueños que a su vez se las habían arrebatado a los indígenas y explotado con la mayor aberración de la humanidad: la esclavitud de los negros. Desde esa fecha hasta la actualidad hemos seguido el mismo fenómeno ahora representado no solo en terratenientes, también en banqueros y empresarios, que no requieren tanto la tierra ya que tienen los medios de financiación y producción para seguir explotando.

Al lado de ellos está un Estado que debe cumplir las exigencias de quienes dicen dar empleo y por lo tanto mejorar la calidad de vida de los colombianos, en este Estado están algunos privilegiados como los congresistas, las fuerzas armadas y hasta las iglesias, todos orientados a garantizar la "propiedad privada", que no es otra cosa que la concentración de la riqueza en uno de los países más inequitativos del continente.

Eso estuvo oculto durante más de medio siglo cuando el discurso político se hacía contra la subversión con ideas comunistas, un discurso impuesto por los gringos como parte de la guerra fría. Al caer el modelo de la URSS nos comenzamos a dar cuenta que el problema era el modelo económico representado en el neoliberalismo que había impuesto sus condiciones durante más de un siglo, financiando no solo las economías, también las dictaduras y las guerras, como lo vimos en el Plan Colombia.

La aparición de las redes sociales trajo una pequeña luz a través de la cual vimos la realidad de forma inmediata, sin el sesgo de los medios de comunicación y ahí nos dimos cuenta que durante años habíamos visto las consecuencias y no las causas, muchas de las cuales se evidenciaron luego del acuerdo de paz con las FARC, la causa era el Estado en sí, manipulado por la corrupción y los privilegios de la clase política, eran ellos los perpetradores de nuestras guerras y decirlo no es conveniente, por eso hasta ese momento nunca se había hablado del conflicto armado interno en nuestro país.

Ahora que tenemos una Verdad, resultado de miles de horas de participación de las comunidades, nos enfrentamos a una nueva disyuntiva, ¿Cómo le diremos esa verdad a las nuevas generaciones?, ¿La ocultaremos hasta que los protagonistas hayan fallecido?. Esta verdad no es políticamente correcta, porque en esa verdad el Estado y sus cómplices son responsables de más del 60% de los crímenes de guerra por acción, omisión y conveniencia.

La Verdad nunca ha sido parte de nuestro sistema educativo, la historia del país solo llega hasta la muerte de Gaitán, desde los años 90 del siglo XX se dejó de dictar la materia en la escuela, una escuela que tampoco se interesó en la historia, muestra de ello es que mientras aprendíamos de la conquista y colonización de España, con la mirada inquisidora de la iglesia católica, por El Doncello uno de sus fundadores pedía ayudas con una carta de un Alcalde que lo convirtió en un fundador - limosnero.

No hay verdad absoluta, lo que es absolutamente cierto, menos cuando en esa verdad se enfrenta no solo a sus criminales en el país, muchos de los cuales son pensionados por el Estado en tanto sus víctimas siguen en la miseria y el abandono, si no porque en esa verdad están involucrados organismos internacionales que se hicieron los de la vista gorda con tal de seguir explotando al país. Todos somos culpables.

Ahora viene el reto para los maestros, hacer la narrativa de esa verdad, muchos de esos docentes son burgueses que tampoco tienen en interés en reflexionar y enseñar a pensar con sentido crítico, es más fácil para ellos seguir hablando de la historia de los romanos o los griegos o de Cristo o de los santos, con tal de no afrontar la verdad y mucho menos a los fanáticos padres de familia.